La Iglesia católica en Cuba está muy necesitada pero no se detiene. Trata de reinventarse ante las dificultades para que el Evangelio llegue hasta el último rincón. Pero solo podrán conseguirlo si tú les ayudas. CONTIGO, nada es imposible para la Iglesia en Cuba.
La Iglesia en Cuba encarna la frase de que para Dios nada hay imposible. Después de más de 500 años de haber conocido la fe, hoy esta Iglesia sigue anunciando a Jesucristo contra todo pronóstico. Gracias a sacerdotes, -pocos, pero fieles-, a los misioneros, religiosas y especialmente a los laicos comprometidos, la Buena Noticia está siendo el cayado que sostiene a un pueblo con hambre y sed de Dios.
La Iglesia de Cuba está llena de frescura y de esperanza, porque Dios y su Virgen de la Caridad del Cobre están realmente en el centro de sus vidas. Pero es también una Iglesia muy necesitada. Además de la escasez de sacerdotes e iglesias, carece de recursos para sostenerse y salir adelante, y para formar a los religiosos y laicos que puedan llevar el Amor de Dios a todos los rincones de la isla.
"Sé con qué esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aun en los sitios más apartados, la Palabra y la presencia de Cristo. Mención especial merecen las ‘casas de misión’ que, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener un espacio de oración".
Papa Francisco en su último viaje a Cuba
Los laicos en Cuba son pilar de la Iglesia. El reducido número de sacerdotes y las escasas vocaciones constituyen desafíos importantes para la labor pastoral. Sin embargo, la misión de anunciar a Jesucristo y Su mensaje de esperanza sigue llegando a cada rincón de la isla, gracias a hombres y mujeres comprometidos con su Iglesia y con su vocación de ser apóstoles de estos tiempos. Necesitan tu ayuda para continuar en su misión.
"A pesar de las dificultades en la cárcel, la gente es sensible al mensaje de Dios"
“La prisión daña mucho. Los presos están muy solos. Transmitirles el Evangelio les hace mucho bien. Ha habido conversiones preciosas, un prisionero después de 30 años en la cárcel se sintió amado por Dios. A pesar de las dificultades en la cárcel, la gente es sensible al mensaje de Dios"
Luis Ramírez, responsable de pastoral penitenciaria en Ciego de Ávila.
Los sacerdotes y las religiosas en Cuba encarnan una Iglesia que no se olvida de su misión de transmitir la fe a pesar de las dificultades. Aunque son muy pocos, llegan hasta las zonas más inaccesibles para acompañar, cuidar a los fieles, dar esperanza y anunciarles la Palabra de Dios.
Así son los pastores de esta Iglesia cien por cien evangelizadora y misionera que fomenta también la unión, la reconciliación y la esperanza entre los cubanos. Contigo, nada es imposible para ellos.
"Alquilábamos un camión para visitar a enfermos, catequesis… Ahora los precios se han triplicado"
“Antes alquilábamos un camión y entre catequistas, religiosas y voluntarios éramos casi 30. Visitábamos a enfermos, impartíamos catequesis, celebrábamos Misa, confesiones. Ahora los precios se han triplicado y hemos tenido que dejar de hacerlo pero no perdemos la esperanza"
P. Damian, misionero en la diócesis de Santiago de Cuba.
Sin medios de transporte o recursos para el reacondicionamiento de los vehículos, sin carburante y sin material catequético, evangelizar se vuelve difícil. Pero como para Dios no hay nada imposible, la Iglesia en Cuba no se detiene.
Su labor pastoral sigue llegando a miles de cubanos. ACN está cien por cien comprometida con la misión de que los cubanos conozcan y amen a Dios. ¿Les ayudas a conseguirlo?
La Iglesia católica en Cuba solo podrá seguir adelante contigo
Toda la ayuda recaudada en esta campaña se destinará para ayudar a la Iglesia en Cuba en su misión evangelizadora.
Señor Jesús, hoy venimos ante Ti, para agradecerte
que estés siempre presente en medio de nosotros.
Gracias, porque te encontramos en el amor de los esposos fieles;
de los padres y madres que están con sus hijos
y los educan en la fe, la verdad y en la caridad;
de los hijos que atienden con cariño a los ancianos de la casa;
de quienes desde otras tierras ayudan a familiares y amigos;
de los vecinos que se acompañan en penas y alegrías;
de tantos que sirven desinteresadamente a sus prójimos.
Ayúdanos a sentir el consuelo y la fortaleza en estos tiempos tan difíciles.
Te presentamos a las madres que luchan por alimentar a sus hijos;
a tantos que no se cansan de buscar medicinas para sus enfermos;
a los familiares de los presos que sueñan con verlos regresar al hogar;
a los trabajadores que intentan brindar a sus seres queridos una casa digna;
a los que lloran la emigración de esposos, hijos, nietos, amigos;
a los que sufren la violencia y el robo;
a los que soportan tantas carencias materiales y espirituales.
Aumenta nuestra fe, para tomar conciencia de que para Ti nada es imposible.
Envía tu Espíritu Santo para que todos los cubanos,
con las potencialidades que nuestro pueblo tiene,
aprendamos a vivir en armonía, en un solo corazón y una sola alma,
con diferentes maneras de pensar, y, juntos, encontrar soluciones
que nos conduzcan a nacer en paz, a trabajar, a comer y a morir en paz.
Santísima Virgen de la Caridad, Madre de nuestro Señor Jesús,
presenta a tu Hijo nuestras oraciones, y dinos: “Hagan lo que Él les diga”.
Madre de todos los cubanos, repítenos nuevamente:
“No tengan miedo, ¿acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?”
¡Jesús, Buen Pastor, escúchanos! Amén.
La Habana,
15 de abril de 2024
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